El pantano de Yeste roza el 7 % de su capacidad

La situación del Pantano de la Fuensanta preocupa a los ciudadanos de la región, que temen las posibles consecuencias que la situación de sequía podría generar. Artículo de opinión elaborado para Gritos de la Sierra.

Equipo Aventura Sierra del Segura

1/30/20242 min read

Ya sea dando un paseo por la orilla, pescando, refrescándonos con un bañito o simplemente pasando por ahí de camino al pueblo; el pantano siempre ha estado presente para nosotros. Os habéis parado alguna vez a hacerle una foto, ¿verdad? Y qué fotos, ¿eh? Con qué orgullo las hemos enseñado siempre, a propios y a extraños. El pueblo queda aún a unos pocos kilómetros, pero al llegar al pantano sentimos que ya estamos en casa. Muchos lo hemos recorrido desde dentro, en piragua o en lancha, y sabemos que es todavía más grande de lo que parece. O al menos sabemos que lo era. Digo todo esto para dejar claro que todos hemos experimentado, de una forma u otra, su magia.

Y es que últimamente, mira tú por dónde, la sensación es algo distinta. Ya no hay fotos, ni orgullo, ni magia. Las hemos cambiado por una tímida preocupación y una enorme, aunque también tímida, pena. Es posible que la pérdida de, datos en mano, un 24’5 % de su capacidad en el último año sea la causa de esta nueva percepción del pantano; sobre todo si tenemos en cuenta que, el año pasado por estas mismas fechas, el pantano rondaba el 32 % de su capacidad. Estas cifras se entenderán mejor si decimos que el pantano de la Fuensanta ha perdido, en el último año, alrededor de 50 mil millones de litros de agua. Una cantidad de agua tan inmensa que cuesta incluso imaginarla. Una cantidad de agua que se traduce en menos fotos, menos orgullo y más pena. Y en más agua para los pantanos de Murcia, claro está.

Pero esta bajada tan drástica del caudal del pantano tendrá que tener alguna consecuencia más allá de nuestra percepción, ¿no? Por supuesto que sí. Desde menos espacio para las especies que viven y se nutren de nuestro pantano, hasta la imposibilidad del uso del agua del pantano en caso de incendio, con el fantasma del incendio de 2017 encima de nuestras cabezas. Eso de cuando los aviones se vieron obligados a irse hasta Jaén a por agua ya que el pantano no podía cumplir esta función, perdiendo un tiempo que bien podía haber salvado muchas hectáreas de monte. Aquella vez el pantano rondaba el 7 % de su capacidad, casualmente lo mismo que ahora. Lo cierto es que da que pensar. Quizá deberíamos plantarnos y exigir que el agua que nace en nuestra región también beneficie a nuestra región. O quizá deberíamos hacerle ahora las fotos al puente de la antigua carretera, aprovechando que ya se ve.